Poema de Daniel Arias
Siempre abandonamos el mar,
la ceguera avanza sobre la tarde
y dejamos suspendidos los vientos
en estremecidos juegos con la espuma.
Y cuando no encontramos el brillo
en el pulso errante del deseo,
cuando flotamos abiertos en las miradas
los esforzados tejedores de peces
cantan en los brazos de sal,
se alejan en las profundas noches
mas rápido que la dureza del granito,
también se aleja el polvo, la música fugaz,
el relámpago, la tenue conjetura.
Abrazados al madero del pasado
atravesamos perseverantes el tiempo,
con la costumbre del faro, los puertos
y la soledad de la proa como un labrador
que voltea ciudades en su esfuerzo milenario-
Abandonamos el mar
perdidos en angosta línea de sueños,
perfil lejano
del otro lado de las amarras del rezo
mas lejos aún que la indiferencia,
nos encontramos en el otro camino,
en el fruto de la acción del destino
que se alza en promontorio inviolable,
nos encontramos con la flor del infinito
que gira en desapacibles grises
en borrasca dentro nuestro
y nos devoramos.
© Daniel Arias
4 comentarios:
Que buena tu poesía Daniel, es un placer leerte, gracias
del otro lado de las amarras del rezo, wuauuu,unos versos bellísimo Daniel, felicitaciones
Lily Chavez
Bellísimos versos conformando un poema encantador
maria elena tolosa
hermoso tu poema Daniel!
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