Qué difícil ha de ser
llevar sobre nuestras cabezas este filo de penumbras
y esta sombra que no se nombra.
Imagino el terror de los fantasmas
al esfumarse ante la amenaza de una potente luz
Quién ha de cuidar sus propias palabras
frente al clamor y la explosión de la carne mutilada
Quién ha de hablar por ese dios
ausente pernicioso y malicioso
Alguien duerme como un idiota
mientras se velan las armas para la muerte
con el pretexto de exterminar una falsa idea
sobre lo verdaderamente sagrado
y sueña plácidamente con su antojo de poder
¿De dónde seguirán sacando su fuerza vital
los sobrevivientes del exterminio?
© Oscar Perdigón
Pintura: Miguel Dávila
Buenísimo Oscar! Un beso, Dolores Pombo
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ResponderEliminarMe gustó muchísimo. Es un poema profundo y perfecto.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Muy bueno este compromiso con las palabras, felicitaciones!
ResponderEliminarCariños
Alicia Corrado Mélin
Muy bueno Oscar! Esteban Charpentier
ResponderEliminarPor suerte siempre sacan fuerzas. Excelente poema, Oscar!
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet