Todavía escucho
el ruido del auto
y ofrezco mi boca
al bautismo cotidiano
que abría las horas
entonces
no adivinaba
esta arena en la mirada
las calas en el pecho
el hueco de mis pies
cansados sin camino
entonces
la puerta no era
este silo de escarcha
que incendia las
heridas.
© Fabiana León
Gracias por compartir tu voz.
ResponderEliminar¡Muy bueno tu poema, Fabiana! Se me ocurre que en él viajan los recuerdos sin límites de espacio ni de tiempo...
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María Rosa León
Muy bueno,hay fuerza en esos recuerdos que se prendieron tan contundentes.
ResponderEliminarAbrazos
Betty
Fabiana,
ResponderEliminarla ausencia de este poema llega profundamente al lector, se instala adentro y conmueve.
Un abrazo grande
Juany Rojas
Muy bueno y sobrio, Fabiana. Un abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMuy bueno Fabi querida , ese canto a la ausencia es tan evidente que emociona
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Impecable.
ResponderEliminarLa tristeza, los recuerdos vivos!!
Un abrazo
Muy Felices fiestas!!