20/12/14

Poema de Elisa Dejistani

  
Por una escalinata recurrente
descendíamos al primer piso
Un pensamiento 
como una flor
se iba marchitando en el camino

Entretanto
permanecían  iluminados
el rostro de nuestra madre
y también      aquél
del  lugar más amado
en el mundo

Había      sin embargo
formas veladas
que no lográbamos articular

Solíamos interrogarnos:
De quién era  ese corazón
que palpitaba sin pausa
Dónde
comenzaba el estupor

cuál sería
la estación inmediata

Ahora  -nos interrogamos-
porqué
al alcanzar
ese extremo posible
nos intiman 
siempre
   
a decir adiós



© Elisa Dejistani

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12 comentarios:

Blogger Liliana ha dicho...



Uh, qué poema señora. Intenso, con un final palpitante.
Felicitaciones por tu palabra Eli que siempre llega de una forma especial y nos toca como un suave cincel.

Lily Chavez

20 de diciembre de 2014, 20:31  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias Gus! hermosa la ilustración que acompaña a mi trabajo. Sos un genio, querido amigo, por todo. Cariños, Eli

20 de diciembre de 2014, 21:36  
Anonymous Anónimo ha dicho...

además de decir que sos fatal escribiendo, ahora agrego, eli: genial, genial este poema cuyos nudos terminan en un remate imposible de no recordar. certero. impecable. felicidades!! susana zazzetti.

21 de diciembre de 2014, 8:18  
Blogger Ricardo Juan Benítez ha dicho...

Surrealismo puro... pero, después de todo ¿será la realidad producto de algún sueño recurrente? Muy buena Eli.

21 de diciembre de 2014, 15:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bellísimo poema Eli, que encierra un misterio cadencioso como ese descenso
por la escalinata hasta la invitación al adios,y el recuerdo imborrable de los seres queridos.
Impecable
Ignacio

21 de diciembre de 2014, 19:49  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

La imagen y tus letras, que caminan, danzan, sutilmente.
Un cariño grande y muy Felices fiestas!!
hasta muy pronto!!

22 de diciembre de 2014, 0:42  
Blogger María Sonia Quevedo Hoyos ha dicho...

Siempre al final de la escalinata, los pétalos estropeados decaían y los sueños también, porque, “toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”
Estupendo poema.

25 de diciembre de 2014, 16:31  
Blogger Centro de Estudios Poeticos ALETHEIA ha dicho...

Siempre ea melancolía, querida Eli, ese presentimiento del adiós en cada una de las estaciones terrestres. Bello en su tristeza, hasta la nota final. Un abrazo. Alejandro.

27 de diciembre de 2014, 20:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hasta las paredes hablan de un suceso de vida , hermoso poema , un saludo de María Luisa Márquez

28 de diciembre de 2014, 22:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Eli tu poema es bellísimo. Una tristeza poetizada casi a modo de cuento desde el sentimiento profundo que es la aceptación.el pacto con la vida. Abrazo .M
Maria Paula Mones Ruiz

29 de diciembre de 2014, 0:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias queridos amigos, todos!
Un gran abrazo desde Mardel...
Eli

5 de enero de 2015, 11:05  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Elisa: ¡qué magnífico poema! un viajar por las escalinatas que llega desde la infancia, un hallar sentimientos que van in crescendo, una captación de atmósferas y matices del alma que se advierte a cada paso,("un pensamiento como una flor se iba marchitando en el camino") y siempre el misterio ("formas veladas") y ese dolor que acecha al que tiene sentimientos intensos ("nos intiman siempre a decir adiós"). Mucha sensibilidad en ese "corazón que palpitaba sin pausa". Excelente, querida amiga. Muchos besitos Irene Marks

16 de enero de 2015, 10:07  

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