Poema de David Sorbille
Elegía infinita
A Javier Adúriz
No tuve tiempo, no, de conocer tu ciencia,
el sístole y diástole de tu paso por este mundo,
no fue suficiente con haberte visto una vez
en una Feria del Libro donde nos presentamos
formalmente y luego fuiste a ocupar tu sitio,
el que ahora descubro en tus poemas,
el que me lleva con devoción
a seguir la corriente de tu río
por el cual fluye tu decir compenetrado
con los dones de la vida,
la idiosincrasia de la creación,
la naturaleza de tu enseñanza,
la humildad frente a la burda soberbia
de los que rebuznan en el bronce,
la palpitante sensibilidad de tus hallazgos,
el sonido de ese silencio proverbial
que acompañó la reflexión emotiva de tu osadía,
tu filosofía de la composición contra el parche
en el ojo de la metáfora vacía,
el oleaje de lo diverso, el revés de la trama,
tu memoria trashumante por las tierras
del domador de caballos de Marechal,
y también Apollinaire, y Giannuzzi.
Porque escribir es llegar a la otra orilla,
dijiste como una sentencia,
una máxima indispensable que justifica
la construcción colectiva,
ni más ni menos que eso…
Pero, no, no tuve tiempo para retener
tu infinita riqueza humana,
no fue posible, apenas pude acercarme
a tu cuerpo rodeado del cariño de los tuyos,
pensar en tu herencia de magia y poesía,
en tus libros que no me canso de leer y masticar
como si fuera el alimento que me entibia el alma,
el desvelo por la ausencia,
por los recuerdos de Roxana,
Carlos, Rafael y Santiago,
hermanos de tu gesto solidario:
la consagración de tu magisterio,
y no pude Javier, te digo que no pude,
no me alcanzó el tiempo para ser tu amigo.
© David Antonio
Sorbille
6 comentarios:
si, como decía adúriz: " escribir es llegara la otra orilla" y creeme que este poema tan intenso , llega. se cumple, así, por tu intermedio,el deseo del maestro. susana zazzetti.
sentido poema. Desde tu esencia.
Un abrazo!!
Gran abrazador de poetas, gran escritor de momentos y sentires.
te abrazo David!!
Tu pluma siempre dando cariño y sabiduría.
Cynthia Rascovsky
¡Qué homenaje tan conmovedor y afectuoso! Es un texto cálido y sensible que refleja el alma llena de amor y humildad de quien lo escribió. Un abrazo. Adriana Maggio
David: no sé quien fue ni leí nunca nada suyo, pero tu poema me llegó hondo, muy hondo. Yo también hubiera querido ser su amiga, y también, tuya. Abrazos, Marta
David Sorbille dijo...
Muchas gracias, querido Gustavo, por publicar este poema y también a las queridas colegas! Un abrazo
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