Estampa
entre bisagras
una
curva de bronce.
Viola el metal
de la madera
que se pliega
en
lujuria
encarnizada.
Tiene una llave.
La llave penetra
el virginal misterio
y roza
con
frialdad
la cerradura.
El cofre guarda
tres secretos
en la oscura
oquedad
de
mis entrañas:
Una cruz rota,
una perla sin
el nácar,
una
pluma blanca.
Los tres transforman
mi mirada
en
sangre y llama.
© Griselda Rulfo
¡Bello poema, Griselda, gracias...!
ResponderEliminarCuánta profundidad en tus versos!!
ResponderEliminarCariños!
rulfito ¡ qué poema con esos 3 elementos!! grabado en mi corazón. susdasna zazzetti.
ResponderEliminarprecioso!
ResponderEliminareste es un poema de aquellos que obligan a seguir leyendo
ResponderEliminarmuy bien
que grato erotismo
Walter Mondragón