RECOMENDACIÓN PARA PADRES DE FAMILIA
Ninguna persona sensata
aceptaría en su casa
a un poeta.
Los poetas son melancólicos, excesivos;
son inciertos, orgullosos y hasta, a veces,
inmortales.
Ninguna persona
con dos dedos de frente, o más o menos,
recibiría en su casa
a un poeta.
Los poetas llevan a cuestas su pobreza
como un sombrero, pero nunca
renuncian a la buena vida
ni a la pasión.
Ninguna persona
con un poco (apenas un poco)
de sentido común abriría
sus brazos y su puerta
a un poeta. Y mucho menos
a un buen poeta: esos
son los peores, los más borrachos,
los más suicidas, los más
seductores.
Por eso, cuide a sus amistades: abogados,
arquitectos, banqueros, militares,
empleados, testaferros, comerciantes,
diplomáticos, maestros, diputados
son gente previsible que mantiene
conversaciones al ras del piso
y no conmoverá a las mujeres de la casa
con susurros o sombras o silencios.
Pero no se distraiga: siempre es posible
que detrás de, por ejemplo, un ingeniero
se esconda el tan temido poeta
y que todas sus precauciones
por proteger (por preservar) a su familia
resulten vanas.
En ese caso, si el mal
está ya puertas adentro
y usted no tiene coraje
para transformarse en asesino,
sólo vacíe lo más posible la heladera,
esconda la cerveza bajo llave,
cierre la puerta de su cuarto y rece
por el futuro
de sus hijas.
©
Sergio A. Giuliodibari
La poesía de Sergio es siempre un respiro de aire fresco. Me llevo este poema para compartir, para que otros respiren.
ResponderEliminarJa ja así es, los poetas y las poetas rompen las estructuras de las familias aburridas y burguesas POR SUERTE!!! La vida está donde existe la poesía por eso esos "susurros o sombras o silencios" serán peligrosoa, además del hecho de que desaparecerá la cerveza!!
ResponderEliminarMuy bueno Irene Marks