PICHUCO
Desde
el centro hasta el barro de Pompeya
convertiste
el dolor en melodía.
Los
años han volado y todavía
Buenos
Aires se alumbra con tu estrella.
De
cada noche hiciste tu epopeya
(la
ciudad te silbaba noche y día).
Decir
Pichuco era decir gomía,
la
garúa y el fuelle que resuella.
Con
Homero, Virgilio y el Polaco
partiste
y clausuraste la bohemia:
el
tiempo se ha quedado tan opaco,
tan
insulso, que ahora sólo apremia.
Se
que estás más allá de lo caduco;
generoso
y genial. Siempre Pichuco.
©
Mariano Shifman
Mariano me encantó tu poema.
ResponderEliminarMuy merecido y rtieo poema. Abrazos
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ResponderEliminarMariano, hermoso. Tus versos son para que silben noche y día.
Lily Chavez
Pero qué bien representado Pichuco y en un estilo clásico y bien logrado.
ResponderEliminarVerdaderamente un gusto haberte leído, Mariano
Betty
Muy buen poema ?Mariano! Me gusto mucho, Dolores Pombo
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