15/10/14

Poema de Carlos Alberto Roldán



marcados con una cruz de sal los destinados a la pérdida el tormento 
el desalojo el hambre -que es frío y ácido- al reducto inclemente 
de su soledad y la pérdida progresiva y desgajante la ceguera 
la sordera las enfermedades múltiples terminales todas 

con una cruz también los laburantes de demasiadas horas 
y perros gendarmes por patrones los mal pagados los mal 
asesorados y poco retribuidos a la hora minúscula del afecto 
los hondamente solos los perramente condenados a traición y disparos 
los que quisieron querer y no supieron o no tuvieron fuerzas 

los malheridos de sueños de algo seguramente mejor impreci- 
samente mejor de mejores maneras perfumes y tactos los cuyas pala 
bras sin embargo encendía un segundo del día

a sal sobre sus bocas sus tumbas sus deseos 

su no haber jugado un solo momento de sus siempre 
demasiado extensas vidas 

los no muertos todavía pésimamente heridos 
que no flotan en ninguno de estos ríos espesos 

los que regresarán vadeando los riachos 
y escribirán con letra que es de hambre 
que algo viva que algo muera que algo se sostenga 
pese a la mierdosa ley de gravedad general de la vida 

y llegue como luz radiante 

bandoneones les canten 

que hasta les imaginen trompetas a sus voces 

que la sal les sea leve 
y no se pudran todavía 

-sí- aquellos clase B 
que perdieron desde el mismo esperma 
la visión del cielo tecnicolor 
que vinieron sin programa de sueños 
o sonrisas 
que nunca descansarán en paz



© Carlos Alberto Roldán

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

CaRLOS
Una pintura bella y descarnada de una realidad que nos lastima y avergüenza cada día. Aplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León

17 de octubre de 2014, 23:16  

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