Para no morir de pena
puso sus recuerdos
en el altar de la alegría
en el preciso punto
donde las piedras saludaban
el canto de las flores
y una música gloriosa
acompañaba
sus pasos por el día
andando
por el crepúsculo
una
lluvia triste
inundaba
sus ojos
derramándose
en las comarcas
intrincadas
de su alma
como
un hondo rezo
coronando
su frente
de espinas
así
supo que había pagado
el
derecho
de haber vivido
©
Ignacio Giancaspro
Estimado Ignacio: has logrado escribir un poema conmovedor, en el que confluyen tu experiencia vital y tu comunión con el lenguaje. Te felicito. Horacio
ResponderEliminarmuy logrado el comienzo " para no morir de pena" que abre después un abanico de emociones latentes.música, rezo, espinas. ¡ qué trilogía! y un final que roza la verdad y lo absoluto. tqm. susana zazzetti.
ResponderEliminarHondo el mensaje, buscar elementos para no morir de pena y con un final totalizador.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Hermoso poema Ignacio, ya nos tienes acostumbrados a ello, tu maestría y talento se manifiestan
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Conmovedor y luminoso. Bella de elejía sobre la ausencia y la tristeza. Felicidades.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
Fuerte poema colmado de triste sentimiento.
ResponderEliminarHermoso poema Ignacio.
Se ha abierto su alma por completo entregando el pasado y lo triste del momento.
ResponderEliminarHermoso poema.
Sonia
Hermoso y triste poema pero con esa vertiente positiva que sólo logra la alquimia del poeta
ResponderEliminarQuerido Ignacio: "recuerdos en el altar de la alegría" nos remiten a una zona sagrada. La primera estrofa es de gran belleza y marca el contraste con lo siguiente, que siempre será más pálido que "donde las piedras saludaban el canto de las flores". Por supuesto, que esa alegría extrema la perciben sólo unos pocos, la mayoría sólo sobrevive. El que hace honor a la existencia siente como vos lo expresás, "que había pagado el derecho de haber vivido"¡Excelente poema, amigo! Te quiero mucho Irene Marks
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerido Ignacio: profundamente bello tu poema!! Un abrazo