LO QUE FUE
Resecos los labios al unirse sin presión entregan sin reparo
lo que fuera un beso; el suspiro lento y la caricia; lo vivido.
Lejanos los ojos sin mirar se han perdido en el cosmos,
fijando en él la última visión imaginada.
Inexpresivo el cuerpo suelto siente el sublime abrazo de la
nada; el roce de la niebla, el resbalar de la escarcha y la tristeza.
Caen en desorden los cabellos sueltos movidos por el viento,
recorriendo espalda y hombros a medida qué, se avanza por imaginarios caminos
entre llano, mar y páramo.
La vida sin remedio ha capturado a los recuerdos; ha
retomado los abrazos idos y los húmedos labios.
Por eso ahora, los resecos labios unidos sin presión ya nada
sienten, y los ojos fijos en el horizonte lejano, sin parpadear, se despiden
sin lágrimas renunciando al deseo.
Y como testigos mudos de un amor vivido intensamente y sin
palabras, con dolor y desgarros en el alma, han entregado cuerpo y alma el
postrer suspiro, las caricias y la última visión imaginada.
© Sonia Quevedo
Gracias Gus por ese milagro de mantenerme viva con mis letras, y el deseo, de continuar camino sin conocer la meta ni el momento.
ResponderEliminarGracias también a los poetas que algún día dejaron y dejarán, su impresión, sugerencia o crítica.
ResponderEliminarhOLA sONIA: UN FLUIR DE TU RÌO LÌRICO QUE CAUTIVA Y LLEVA EN IMÀGENES CON HONDO SENTIDO ONTOLÒGICO. HERMOSÌSIMO!! QUISIERA QUE ME ENVIARAS UN POEMA PARA MI BLOG. MI MAIL ES irepoesia@gmail.com
ResponderEliminarCariños Irene Marks