El Plata y la casa del padre
Al padre Carlos Reginaldo Cöll,
a
quien debo seguir en la fe.
Con mi destino en Santo Domingo, en la clase que durará
hasta medianoche,
en el hospitalario convento de los predicadores,
que no son lo que fueron sino puerta y caudal de luz
inteligente,
tomo confiada la umbría calle que conduce hasta Belgrano
En la penumbra veo los balcones coloniales,
zanjas, zaguanes negros, la rara intimidad de las rejas
forjadas,
ruinas de casas que parecen vacías.
Pero yo no cruzo un barrio deshabitado.
El hálito del río llena todo como un sino trágico.
Y ese silencio donde irrumpe el sobresalto
de otros pasos y esa gota
que cae monótona, invisible en la angosta vereda sin luna.
Tal vez el fantasma de un gato
que me ha hecho pisar su sombra
sea la queja que me ha herido
desde que entré en Defensa.
El hálito del río próximo y un sino trágico persigue
mis diecisiete años
Mi estremecimiento divisa las torres perforadas
durante las invasiones, las estatuas del creador de la
bandera
como un patio conocido.
Todo es tranquilo aquí, comparable a la mente de un hombre.
Las telarañas del escrúpulo han sido removidas por teólogos.
Qué queda de las educadoras con votos y tan poco
entendimiento del amor.
El hálito del río no se siente en la piel.
Y antes que mis pies lleguen al atrio iluminado,
la patria de las
luces hace un gesto triunfal y se inmoviliza en la noche.
© Isabel Llorca Bosco
Cuántas imágenes tiene el poema, cuántas cosas evocan, a cuántos lugares trasladan.
ResponderEliminar" Pero yo no cruzo un barrio deshabitado..." y no lo es, es también el lugar de la memoria, son esos "otros pasos" y es esa "gota monótona" que cae en un lugar sin sobresaltos, conocido, son también los 17 años.
Me asombró mucho la descripción de cada uno de los lugares, detallista y profunda...y esa visión de las aguas del rio, como destino trágico que lo entiendo tanto personal como histórico.
Tu poema, Isabel, es de un armado laborioso, me produjo un enorme asombro leerlo y un gran placer, como siempre.
Un abrazo
Hilda Díaz
y tus 17 años en el atrio, la sombra del gato,zanjas, rejas, patria, sacerdote, ah! isabel, has creado un ambiente que va de lo más profundo a la emoción plena. un poema que me inmoviliza de tanta admiración. un placer. susana zazzetti.
ResponderEliminarUn profundo y sensorial poema , que llega a un final impactante.
ResponderEliminarFelicidades Isabel.
Abrazos
Cecilia Ortiz
..."y ese silencio donde irrumpe el sobresalto" ...profundo y lindisimo poema Isabel. Un beso, Dolores Pombo
ResponderEliminar..."Todo es tranquilo aquí como la mente de hombre.." Profundo y logrado poema Isa! Besos! Dolores Pombo
ResponderEliminarLeer tu poema me produjo un goce estético inigualable
ResponderEliminarISABEL,tu poema histórico y evocativo, nos lleva al cambio radical del mundo y nos deja esa gota como el día a día en nuestra propia historia personal.
ResponderEliminarsigo aprendiendo con tus poemas
saludos
Anahí Duzevich Bezoz
ResponderEliminarLas imágenes han caído sobre bien como la bendición del agua.
Hermosísimo
Lily Chavez
Nada te turbe. Nada te espante. Todo pasa.
ResponderEliminarQué historia, circunstancia!!
Un cariño
Educadoras con mucho voto y poco amor, enredadas en telarañas de escrúpulos que fueron removidas de tu corazón. Raro y precioso privilegio el tuyo, Isa, me encantó. Abrazos.
ResponderEliminar..el hálito del río llena todo como un sino trágico....uno de los hermosos versos con los que resueno de este poema que recupera tus 17, algunos fantasmas y la clara idea de que si no hay amor de nada sirve la educación y los votos....abrazo, María Chapp
ResponderEliminar"Todo es tranquilo aquí...." Muy bueno Isa! Un beso, Dolores Pombo
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