Acaso no puedan vivir juntos
el sueño del otro en este mundo,
para este mundo.
Pasarán los años y no existirá
(nadie existe si no es mirado).
La mano extendida se cierra
en la moneda que cae
y la guarda en un poema
que es tomado como parte
del todo.
Las palabras llegan a veces
solas de la mirada que no dice
la palabra.
Se rompe la cadena de calor,
espíritu-boca-ojos
y todo queda en fragmentos
¿en que lugar se rompe la cadena?
¿en que tiempo?.
Ella extraña la que es,
la que se sabe ser otra.
Acaso no puedan vivirse juntos
en el sueño del otro.
© Sonia Rabinovich
La mirada, el deseo, la palabra, el gesto que no siempre se comunica en el encuentro con otro u otra en la vigilia, acaso se junten en el sueño del otro, o en este deseo hecho poema. Rubén Vedovaldi
ResponderEliminarConmovedor este poema Sonia querida La mirada del otro que nos construye Berckley que se vislumbra en el otro que nos mira y esa mano extendida y esa cadena que se rompe y la soledad que siempre nos habita .Gracias
ResponderEliminar"¿ En qué lugar se rompe la cadena? ¿En qué tiempo?" y en ¿qué lugar se pierde el deseo, la palabra? Me pregunto yo al leer el poema.
ResponderEliminarDicen que nos construímos a partir de la mirada del otro, del encuentro, a partir de las manos y de un vivirse, todo en eslabones perfectos pero ¿qué nos queda cuando la palabra llega sola, en el fracaso de no haber sido capaz de enlazar un eslabón perdido?
Debe ser algo muy parecido a la soledad...
Mil gracias Sonia!! Leer tus poemas es siempre encontrarme con el más genuino de los asombros.
Un abrazo
Hilda Díaz
Un placer leerte.
ResponderEliminarAbrazos
sentimos el juego de la otredad, del eextramiento de nosotros mismos, de la angustia de no ser o ser multiples
ResponderEliminarbuen poema
Walter