Poema de Miguel Ángel Ferreira
IGUAZU
Amanece lloviendo. Bien peinada
La mañana chorrea el pelo fino.
Su levedad se esparce entre calles de tierra
Se hace agua estancada en las esquinas
Húmedos lapachos al borde de los montes
Lagrimean ramas horizontales
Más atrás el trueno sigue sordo rumor
Que acompaña, azuladas alas
Rodean la garganta que llovizna
Fría caricia entre rostros de ojos negros
Más allá de los puentes
Alguien se acurruca en su miseria
Tapa su soledad con hojas verdes
Y de su garganta se escucha
Todo el sonido de la historia.-
© Miguel Ángel Ferreira
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