POEMA DE AUTOAYUDA nº 4
Consiga el sonido de unos aplausos.
Si contienen vítores y bravos, mucho mejor.
Colóquelos en su computadora,
su despertador, el timbre de la casa, su celular.
Cada vez que realice una acción, ponga los aplausos.
Recíbalos como si no los esperara
pero muy seguro de que son para usted.
Inclínese y agradezca.
© Máximo Ballester
es un extraordinario ejercicio el que proponés amigo mío...Seguramente porque tus pasos siempre son ésos APOSTANDO A LA VIDA Y A LOS OTROS, soy testigo de ello...Un abrazo desde Goya
ResponderEliminarTe las ingeniás siempre en sacar de la galera poemas como este, me encantó, besos Alicia.
ResponderEliminarcreativo siempre. Pensador incansable.
ResponderEliminarMi abrazo amigo!!
¿Cómo no recordar ese poema tan estupendo? gracias por traerlo de nuevo!!
ResponderEliminarBesossssss
Los aplausos para ti, don Máximo!
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela N. Barbero
Bravo!!! siempre tu creatividad me encanta. besos
ResponderEliminarCynthia Rascovsky
Los aplausos , cuántas veces engañosos y qué bien lo dices . Un abrazo
ResponderEliminarTomaremos debida nota. ¡Grande Máximo! Sin ningún de autoayuda: ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap!
ResponderEliminarCreativo y divertido este poema!!!
ResponderEliminarHabrá que ponerlo en práctica y no olvidar la sugerencia final (para q el ego no engorde demasiado)
Cariños.
Alicia Corrado Mélin.