Paisaje de lluvia y flânerie
La lluvia registra los días hasta el
fondo de los ojos
que viajan a la velocidad de los ritmos
conocidos
Juan Larrea
fluye una saliva vertical un tiempo roto
tiempo o quejido quebrándose en dos ya
por el aire
temblor seguro o mancha o pliego yerto
ojos rapaces en marcada actitud
mesopotámica
sutiles ojos anteriores a la invención de
la imprenta
la lluvia es una maltrecha realidad de
bronce y humo
el día es un sopor ardiendo incluso más
por sus costados
un giro gris un improbable y último
drenaje
luctuoso rostro que le lame los labios al
hastío
porque el hastío es ahora un saco de
azúcar y hemorragias
no alcanza ya la música ni el labio
demorado
el día irrumpe livianísimo con sus
frailes y sirenas
las calles insisten en huir al sur por
otras calles
como serpientes únicamente hambrientas de
su espejo
ya que no hay más ventanas dispuestas al
sólido beso de un ladrillo
fluye una saliva vertical un tiempo roto
una flauta dibuja la lluvia que las
palomas inventan
© Flavio Crescenzi
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