Poema de Carmen Amato
Ayer vino la lluvia.
Los desvelados
trabajadores compulsivos,
parranderos adictos,
veladores de estrellas,
creadores nocturnos,
insomnes amorosos,
sintieron su presencia.
Ayer vino la lluvia
con su fulgor electrizante
y pudiendo golpearme
con su fuerza
solo me besó la espalda.
Entró por el jardín,
guardaron silencio los jazmines,
y la berta le ofrendó su aura
El mandarino que duerme
con sus frutos siempre a él
sujetos
se arrodilló ante ella
y como un Juan Diego,
abrió su zayal
mostrándolos.
La dama lluvia
salió por la puerta grande
Con su propia banda
-Tambora grande en pueblo chico-
se anunció en la plaza.
© Carmen
Amato
2 comentarios:
lindo, lindo!!! abrazos Carmen!
Mariana Vacs
Hermoso poema sobre la lluvia que entró acariciand0. Abrazos !!
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