HISTORIA
NATURAL
Lejos de la colmena,
surcando los aires de mayo
una abeja acopia néctar
acaso por última vez.
Y aun así ¿sería cierto su final?
Yo, fijo en lo que cambia, pienso en mí
y solo concibo el furor del tiempo;
ella, fluye en el dorado instante
junto al dulce ritual del polen.
Parece eterno ese sueño otoñal:
sabe ignorar lo que daña
y apenas busca, levedad de levedades,
su exacta porción de miel.
© Mariano Shifman
habría que intentar aprender de la abeja:" sabe ignorar lo que daña" ¡ qué buena línea! como todo el resto del poema, aunque conjetural, creo que nos pensar en elegir. felicitaciones. susana zazzetti.
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ResponderEliminarBellísimo poema.
Realmente nadie sabe, nunca, cuál será su última vez.
La diferencia es que a la abeja sólo le importa su porción de miel.
¡Me encantó!
Abrazo,
Alicia Márquez
Sutil poema donde las palabras danzan como el ritual del propio insecto en busca del polen. Historia apenas entrevista entre brumas con un dejo de melancolía y un bello final
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