DISPERSIÓN
Lucas, 21:33
Pasarán mis palabras
como el quejido de los gatos pequeños que comen las raíces
de la lluvia,
que es preferible ahogarlos –según dicen- antes que pasen a
mayores.
Pasarán mis palabras, Señor, y no cambiará el mundo.
No seré más libre,
ni habrá menos lugares vacíos desde siempre.
Pasarán como el agua por los vidrios,
aunque queden después sucios y opacos
como el río de mi ciudad,
que de tan solo
sólo tiene una orilla.
Y si llegan a desprenderse mis palabras,
de mí sólo quedará
la forma de mi boca
en un callado grito.
Toda totalidad se habrá perdido.
A nadie le importará comprender.
Si tengo suerte, alguno levantará un fragmento
de mi rompecabezas
para hacerlo jugar en otros marcos, cambiándole el valor.
La eternidad del que escribe
es esta ráfaga de otoño.
© Isabel Llorca Bosco
Isabel, siempre es agradable leerte para entrar en la hondura de tu sentir.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty Badaui
Sí, la única eternidá es la de la ráfaga de otoño.
ResponderEliminarImpecable imagen (dolorosa) los gatitos bebé comiendo "las raíces de la lluvia"...
La forma de tu boca estará siempre en los fragnentos de tus poemas. Felicidades poeta! Abrazo grande.
ResponderEliminarCecilia Ortiz
impresionante, fragmento a fragmento levanto el poema entero y su verdad. susana zazzetti.
ResponderEliminares verdad Isabel, el mundo, la gente, todo cambia, las palabras son eternas.
ResponderEliminarabrazo enorme
Anahí D.B
Bello tu poema , me impreciona algo lo de los gatitos, pobrecitos pero a veces....suele suceder , bello el poema
ResponderEliminarmaria elena tolosa
ResponderEliminarY quedará el grito en suspenso ante lo inminente de la imposibilidad del cambio.
Ha logrado Isabel, esa ráfaga de otoño al escribir este magno poema, le felicito.
Sonia
Maravilloso poema Isabel! .."la eternidad del que escribe es esta ráfaga de otoño" . Un abrazo, Dolores Pombo
ResponderEliminarbello, profundo, doloroso, construyes algo que te desgarra con fuerza
ResponderEliminarme encantó, gracias por compartirlo, francisco
profundamente filosófico, conmueve la certeza de nuestra infinitesimal participación en la fiesta de la vida -representada aquí en lo efímera fiesta de la palabra que también se pierde- inmersa en la infinitud del universo: "la eternidad del que escribe / es esta ráfaga de otoño".
ResponderEliminargracias por este poema, Isabel, abrazo, Marta Ortiz
La verdad que no sé que agregar a todo lo dicho. Me pasa que cuando estoy frente a un poema tuyo, se que voy a quedarme mucho, que las ideas, la mirada filosófica y de vida me van a rondar por un buen rato. Y esto que te digo Isa, es para mí el mayor halago que puede recibir un poema, me gustaría llegar al lector así, dejándole cosas por pensar.
ResponderEliminarLily Chavez
Isabel, profundidad y vuelo en el poema. Muy logrado. Abrazo. Antonio Pourrere.
ResponderEliminarqué cierre tan mágico.
ResponderEliminarProfundo.. hilado de maravilla.
ResponderEliminarUna construcción hermosamente lograda.
Un cierre impecable.
abrazo Cynthia Rascovsky
Querida Isa: con enorme humildad te reconocés efímera, efímera vos, efímera tu palabra, la forma de tu boca, como el instante que ya ha transcurrido, la ráfaga que barre el paisaje otoñal...sin embargo, poco sabemos y sabremos en cuántos seres y cuánto viven y vivirán nuestras palabras, siempre sujetas a la transformación, a la alquimia, la reinterpretación, quizás no bajo la ilusión de ser autor/a pero sí como gesto entre gestos, pincelada, matiz,sonido un abrazo, María Chapp
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