El rehén colma la noche
con sumisión de animal adicto al sacrificio.
Ha sonado la hora de la ofrenda
y en silencio aguardamos las respuestas.
Un horizonte de ceniza humea
Contra el telón del alba.
Cuando las hierbas fugan hacia el día
la sombra del verdugo se desliza
contra un cielo lívido.
La noche bate sus alas de cisne
sobre las heridas de
la tierra.
Poema soberbio e inconmesurable, con un lenguaje exquisito que estremece el enigma.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
Qué gran poema, como del fin del mundo pero a la vez, aunque tan triste, da dicha por su belleza.
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