no es que se pueda cruzar
el río por cualquier parte,
todo lo contrario,
cada cual buscará por dónde
le corresponde
y sólo es una forma
para cada uno.
no hay puente, ni guía ni instrucción.
únicamente por la propia
cuenta y riesgo
y te va la vida
en el cruce.
por supuesto,
ni se te ocurra
quedarte simplemente en la orilla
contemplando.
es preciso partir.
así, el goce de la corriente;
sin andarivel.
© Graciela Perosio
Graciela, me retornás a Heráclito, pero con personal dulzura.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Hermoso! Y, sí, "sólo es una forma/ para cada uno".
ResponderEliminarme gusta mucho, sus imágenes, las observaciones, ese estar atento…
ResponderEliminarbellísimo, gracias por compartirlo, francisco
La instrucción es uno mismo, en cada acto, bravo por las imágenes!!!!! un abrazo de María Luisa Márquez
ResponderEliminarLa instrucción es uno mismo, en cada acto, bravo por las imágenes!!!!! un abrazo de María Luisa Márquez
ResponderEliminarasí, sin andarivel y eligiendo por dónde, todos cruzaremos el río. Hay energía,desafío y aventura en tu poema... hay un sesgo prometedor, vale la experiencia, dejar la orilla acerca a una cierta felicidad.
ResponderEliminarAbrazo Graciela, Marta Ortiz
Graciela, me encanta este poema.
ResponderEliminarBesos!
Graciela, me parece que Claudio me robó el pensamiento... como decía el filósofo: "nunca se entra al mismo río dos veces". Tal vez, ni siquiera una sola vez.
ResponderEliminarAh! no Ricardo "ni una sóla vez"sería terrible, hay que lanzarse al río, a cualquier costo porque languidecer en la orilla es quedarse para siempre en larva. No.¡Al río!
ResponderEliminarMuchas gracias, Susana Szwarc. ¿No tenés sin andarivel, el libro?
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