Camino por la calle Müller.
Apenas moja el viento
este dolor de mediodía y
un pájaro insiste
estoy
aquí.
Voy a la casa de siempre
la de enrredadera frondosa
donde puse rejas
para detener el tiempo
sonreír cuando abrieras la puerta
y me miraras.
Allí donde decirte amor era
costura de los días
marca de agua sobre
mis dedos gastados
medalla de corazón partido.
Voy a la casa de siempre
la de cortinas claras
donde puse rejas
que no te detuvieron.
© Fabiana León
Hermoso tu poema Fabiana!
ResponderEliminarGenial, Fabiana. Genial!!!
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Muy buen poema Fabiana!!!!!!!
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Borgogno
Muy buen poema Fabiana!!!!!!!
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Borgogno
Fabi , tu dolor siempre a flor de piel llenando espacios de nostalgia , un abrazo enorme
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Fabiana, un bello poema que se enreda armoniosamente en esa reja que sugiere tanto:nostalgia, encuentro, partida, abandono...
ResponderEliminarUn gran abrazo
Juany Rojas
Hermoso poema. Cargado de una insospechada fuerza.
ResponderEliminares un poema de rara belleza, es triste, muy triste pero solidifica a quién lo enunció, dejando claro que ese quién es un ser profundo que no abandona su ejercerse en el fabuloso laberinto de la vida donde el amor de uno hacia los otros no siempre tiene la misma vara y no por ello claudica por más que hubiese querido que fuere de otra forma.
ResponderEliminarme gustó mucho, gracias por compartirlo, francisco
Me gustó mucho en su sencillez este poema además esa idea de poner rejas que se trasponen por amor es fantástica.
ResponderEliminarw.M.
Este poema, no por conocido deja de inquietarme siempre, querida Fabi. Venís dentro de él, como desnuda, diciendo con palabras simples lo profundo y sorprendiendo con ese final, para muchos inesperado. Pero estoy convencida que de eso se trata.
ResponderEliminarSusana Giraudo