CALESITA
Los fui llamando, aclamándolos en cada
vuelta:
el elefante de Bomarzo, Anone, montado
por Abul
esclavo del jorobado Orsini
amado y temido por éste.
El cisne de Tuonela, dirigido por
Lemmikainen
alias Kaukomieli, el bullicioso
aquel que fracasó en el río Tuoni
en busca de la núbil desposada
la hija de Madre Lohui.
El avión, un Pulqui
sobrevolando
recuerdos de una patria.
Un camello dirigido por Harúm
Al-Raschid
el que todas las noche
-califa árabe-
salía a cuidar su ciudad.
Un jinete, Mascaró
alias el cazador americano
alias la vida
jinete del Circo del Arca.
En cada vuelta, aclamándolos, los fui
nombrando:
Calesita-Ejército.
¿Quién arrancará otra vuelta al deseo
en esta tarde desesperante de enero en
Parque Avellaneda?
Inimputables
ellos
en cada giro
no dejan de señalar
mi mano aferrada a la sortija.
© Emmanuel
Cassanese
Bello, evocativo y emotivo poema que me lleva a la niñez.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
Me encantó Emmanuel!
ResponderEliminarQuiero dar otra vuelta, y otra en esta Calesita tan poética y mágica, me llevás?... y ojalá también tome la sortija!
Abrazo!
Montse Bertrán
¡Extraordinario! Hijo, esta no te la conocía. ¿Sabés? En tu enumeración hay algo discepoliano que se huele en el aire... pero más te digo (espero que no suene a sacrílego), me parece que Jorgito Estrella tiene un heredero putativo de su legado poético... más allá que todas tus poesías sean Cassaneses auténticos.
ResponderEliminar