También está clara mi porción de muerte
tatuada en el lenguaje que no me dice.
La mitad de infierno,
mi cadáver que asoma
en el gesto más amoroso.
Porque elegí
caminar en las brasas,
pies descubiertos.
No medí costos.
Con pañuelitos de vida,
en medio del naufragio
que quema,
te grito, Amor.
Para que me salves.
© teregerez
ResponderEliminarAy, ay, ay, Mimí, qué poema tremendo.
Un abrazo grande.
Alicia Márquez
"con pañuelitos de vida..."
ResponderEliminarQué gesto más amoroso tu bello poema Tere!
Gracias...besos
Montse Bertrán
Para que me salves... Soberbio poema que estremece el amor y sus desiertos.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
Bravo Tere!! Buenísimo! Abrazos!
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