Lengua de señas
Manos.
Manos.
Toda historia podría resumirse
en cuatro manos.
Manos de uñas cuidadas,
de uñas anchas y planas
como las branquias de un pez dorado.
Sus dedos detienen las cuerdas.
Los míos lo peinan casi sin tocarlo.
Una mano se esconde
-anzuelo voraz-
en la luz que habita entre su piel
y el cuello de la camisa.
Otra se acurruca en el hombro
como si ahí empezara y acabara el mundo.
Manos que arman vientos
y acomodan médanos.
En la mano derecha,
la más lisa,
una cuchara de madera
despierta el invierno de las cebollas.
Llenas de pimienta y nube,
de miradas que se ovillan ahí
entre las palmas
para no quedar en el aire, colgadas.
La izquierda esconde el rubor de las palabras.
Entre dedos temerarios un bretel,
un cierre, nada de dudas
como un colibrí.
Manos que respetan adn y pulso,
que guardan en la trama
tanto beso para siempre más tarde.
Manos.
Manos trepando un ruedo,
amasando secretos,
manos de silencios.
Cuatro manos, mil,
todo el cuerpo en las manos.
Manos centro manos mundo
manos calma manos llave.
Desatan, sostienen,
sazonan la lluvia,
manos de quién
entre la seña simple de la caricia.
Toda historia podría resumirse
en cuatro manos.
La nuestra,
por ejemplo.
© María Laura Coppié
María Laura: Hola, muy buen poema! Me gusta el recorrido que van haciendo las manos en distintos momentos de la vida, las imágenes que expresás. Felicitaciones!
ResponderEliminarmiro siempre las manos de las personas, hoy he mirado todas estas que son tuyas y que me dejan " la simple seña de la caricia". gracias, maría. susana zazzetti.
ResponderEliminarMuy bueno, se nota el conocimiento del lenguaje, porque no solo se trata de interpretar el diálogo, sino que después hay que traducirlo de esa manera en belleza lírica. un abrazo. Gastón Sequeira.
ResponderEliminarMuy buen poema, asi en realidad son las manos lo expresan todo, muy bien logrado
ResponderEliminarmaria elena tolosa
ResponderEliminarEste poema exuda sensualidad y ternura. Es una maravilla.
Abrazo grande.
Alicia Márquez