DÍA DE DIFUNTOS
Acércate, muertito de mi vida.
El vaso está marcado,
La mesa está servida.
Sobre mantel de flores,
horneadas escaleras
del trigo hecho harina,
ofrendas de un amor
intenso en la partida,
esperan tu regreso,
tu voz: mi propia vida.
Acaso en la mañana,
si el agua está en faltante,
no vuelva a mis rutinas.
Acaso en la mañana,
la marca no desdiga
la muerte que no mata.
Acaso en la mañana
la cita no termina.
Si el agua está en faltante,
si hay peldaños en migas,
sabré que has vuelto, amor.
Y el tiempo será injusto
sin bocas ni pupilas.
Y amaré tanto a la muerte
que olvidaré esta vida.
Por escaleras azules
bajaré todos los pozos.
Entre ausencias feroces
tu voz... será mi guía.
© Nora Coria
Bienvenida Nora a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes, serás publicada. Abrazotes Gus.
ResponderEliminarFelicitaciones, muy lindo tu poema, amiga. Un abrazo. Gastón Sequeira
ResponderEliminarEs cierto hay muertes que no matan , me gustó el poema, buén homenaje a los que amamos
ResponderEliminarmaria elena tolosa
¡Que hermoso homenaje, Nora! Es verdad que los que amamos nunca mueren.
ResponderEliminarAplausos y un beso grande de bienvenida
María Rosa León
Qué gusto darte la bienvenida,querida amiga,tus poemas tienen ese trato personal y original que valoro.
ResponderEliminarTe mando un fuerte abrazo
Betty