los que anochecen
se trepan a la ciudad
con las manos duras
acarician puertas heladas
prueban cementos finos
saltan por los techos
y no alcanza a escucharse
nadie los imprime
si no sangran el charco
el espejo donde sus preguntas tiemblan
© Guillermo López Geada
Me encantó el poema Guillermo, una forma distinta de decir.
ResponderEliminarLily Chavez
Guillermo:
ResponderEliminarHola! Es la primer vez que te leo y me gustó mucho tu estilo. Poema breve, palabras precisas y un hermoso decir. Felicitaciones!
me gustó, muy interesante tu voz y tu ojo observador, gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarmuchas gracias a los tres por expresarse sobre lo que escribí, hace bien este tipo de comentarios, gracias. Nos estamos leyendo próximamente aca mismo, un abrazo.
ResponderEliminar