LA INTRUSA
Una rana me visita en
el baño, desde tiempo atrás;
no la conozco, no sé
de dónde salió, ni qué pretende.
Sólo que al verme se
queda quietecita y silenciosa
mirándome con sus
ojos inmensos de rana hechicera
y al menor movimiento
mío salta a esconderse detrás
de los frascos de
jabón o ¡splash! se sumerge en
la ponchera entre
pompas y medias, levantando una
gotera que alguna vez
dio en el blanco de mi ojo.
La veo bucear bajo la
espuma en ese mar imprevisto
en el que se refugia.
Me conmueven sus precauciones inútiles, su candidez, su
poderoso salto;
sus maneras extrañas de ranita encantada.
Ya de noche le he
oído croar.
No sé de qué vive. No sé cómo se las arregla para vivir en
mi baño
y andar así de alegre en su mundito ajedrezado,
entre el agua y el
aire y la espuma, de salto en salto.
Cuando despierto y no
está, pienso
que no volveré a
verla; veo la huella de su cuerpecito
en el piso, en el
aire, en el agua, bajo la espuma, detrás de los frascos
y anhelo que emerja de su escondite entre un fragor de
botellas.
Al dormir, le he oído
cantar;
desde mi cama seguí
con deleite su tonada.
Sé que está ahí de
nuevo y temo que se esfume.
Despierto aliviado y
pienso que ella, quizás,
haya llegado aquí para quedarse.
© Walter Mondragón
Walter mientras pienso que es poco posible lo que contás, quiero para mí esa rana, esa ranita que necesitamos y que no es un detalle, es parte de lo que somos y tal vez con eso tenga que ver. Las cosas simples son quizás las más imprescindibles.
ResponderEliminarLily Chavez
Walter, con impecable realismo describís a una compañera que deseas se quede para siempre. Bien podría ser el valor simbólico de la voz poética, de ese croar y cantar que quisieras te acompañara toda la vida. Hermoso.
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
Alguien ha llegado para quedarse querido Poeta,vos lo deseas!
ResponderEliminarQue así sea, para acompañarte como otra Musa de tu inquietante poesía!
Abrazos. Vic
me morí de ternura ante un poema tan inusual,tan bellamente narrado como algo esencial y necesario. quiero a tu ranita por este placer que me causa, y a vos, por detener tu hondura de poeta en ella. susana zazzetti.
ResponderEliminarTodos de alguna manera imáginamos a alguien a nuestro lado aunque no exista o se diluya al despertar
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Walter que hermoso tu poema, que tierno, que sensible, que exacto, que original, que mas quieres que te diga que me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen Amato
Sea en la realidad o en los sueños, esa ranita merece su lugar en el baño... y en la poesía, claro.
ResponderEliminarUn poema lúdico y emotivo, con un encanto y una inocencia pocas veces logrados como con tus palabras.
ResponderEliminarSusana Giraudo
- Solo se que la ranita, ha sido el disparador de tu poema que te ha invadido en tu mente , se ha estacionado en ella como en tu baño y en tu máquina.Como que ha evolucionado , en la tecnología.
ResponderEliminarMuy lindo tu poema!!
Cariños!!
Me encantó la hitoria, Walter, que la ranita se quede para siempre y feliz convivencia, real o simbólica!!! Gracias por tu comentario!!! Abrazo, María Chapp
ResponderEliminarAdoré tu poema y también la foto que lo ilustra, porque adoro las ranas.
ResponderEliminarMe trajo a la memoria una pequeña lagartija que encontré en mi baño y que dio lugar a un cuento.