5/4/14

Poema de Walter Mondragón

  
LA INTRUSA 

 Una rana me visita en el baño, desde tiempo atrás;
 no la conozco, no sé de dónde salió, ni qué pretende.
 Sólo que al verme se queda quietecita y silenciosa
 mirándome con sus ojos inmensos de rana hechicera
 y al menor movimiento mío salta a esconderse detrás
 de los frascos de jabón o ¡splash! se sumerge en
 la ponchera entre pompas y medias, levantando una
 gotera que alguna vez dio en el blanco de mi ojo.
 La veo bucear bajo la espuma en ese mar imprevisto
 en el que se refugia.
Me conmueven sus precauciones inútiles, su candidez, su poderoso salto;
sus maneras extrañas de ranita encantada.
 Ya de noche le he oído croar.
No sé de qué vive. No sé cómo se las arregla para vivir en mi baño
y andar así de alegre en su mundito  ajedrezado,
 entre el agua y el aire y la espuma, de salto en salto.
 Cuando despierto y no está, pienso
 que no volveré a verla; veo la huella de su cuerpecito
 en el piso, en el aire, en el agua, bajo la espuma, detrás de los frascos
y anhelo que emerja de su escondite entre un fragor de botellas.
 Al dormir, le he oído cantar;
 desde mi cama seguí con deleite su tonada.
 Sé que está ahí de nuevo y temo que se esfume.
 Despierto aliviado y pienso que ella, quizás,
haya llegado aquí para quedarse.



© Walter Mondragón

11 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Walter mientras pienso que es poco posible lo que contás, quiero para mí esa rana, esa ranita que necesitamos y que no es un detalle, es parte de lo que somos y tal vez con eso tenga que ver. Las cosas simples son quizás las más imprescindibles.

Lily Chavez

5 de abril de 2014, 16:21  
Blogger Isabel ha dicho...

Walter, con impecable realismo describís a una compañera que deseas se quede para siempre. Bien podría ser el valor simbólico de la voz poética, de ese croar y cantar que quisieras te acompañara toda la vida. Hermoso.
Isabel Llorca Bosco

5 de abril de 2014, 20:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Alguien ha llegado para quedarse querido Poeta,vos lo deseas!
Que así sea, para acompañarte como otra Musa de tu inquietante poesía!
Abrazos. Vic

6 de abril de 2014, 9:05  
Anonymous Anónimo ha dicho...

me morí de ternura ante un poema tan inusual,tan bellamente narrado como algo esencial y necesario. quiero a tu ranita por este placer que me causa, y a vos, por detener tu hondura de poeta en ella. susana zazzetti.

6 de abril de 2014, 17:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Todos de alguna manera imáginamos a alguien a nuestro lado aunque no exista o se diluya al despertar

maria elena tolosa

8 de abril de 2014, 22:15  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Walter que hermoso tu poema, que tierno, que sensible, que exacto, que original, que mas quieres que te diga que me encanta.
Un abrazo.


Carmen Amato

9 de abril de 2014, 21:54  
Blogger Ricardo Juan Benítez ha dicho...

Sea en la realidad o en los sueños, esa ranita merece su lugar en el baño... y en la poesía, claro.

10 de abril de 2014, 14:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema lúdico y emotivo, con un encanto y una inocencia pocas veces logrados como con tus palabras.

Susana Giraudo

12 de abril de 2014, 0:00  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

- Solo se que la ranita, ha sido el disparador de tu poema que te ha invadido en tu mente , se ha estacionado en ella como en tu baño y en tu máquina.Como que ha evolucionado , en la tecnología.
Muy lindo tu poema!!
Cariños!!

19 de abril de 2014, 20:04  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me encantó la hitoria, Walter, que la ranita se quede para siempre y feliz convivencia, real o simbólica!!! Gracias por tu comentario!!! Abrazo, María Chapp

19 de abril de 2014, 21:11  
Anonymous Pauli ha dicho...

Adoré tu poema y también la foto que lo ilustra, porque adoro las ranas.
Me trajo a la memoria una pequeña lagartija que encontré en mi baño y que dio lugar a un cuento.

24 de abril de 2014, 11:21  

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