"Toda
despedida es promesa"
y las ceremonias
incluyen un reto (un desafío)
en el jardín de
la nada.
Desde el cielo
de abril
cuelga una luz
como un spot, para una pintura
sobre un panel
de álamo (oh Leonardo)
o una carta
escrita sobre una partitura.
El peso del
mundo
está en mi mano
que dice adiós a todo lo que toca.
La pasión es la
urgencia.
Si me lastimo
por la rugosidad de las paredes
¿me curarás?
© Paulina Vinderman
Hermoso, Paulina.
ResponderEliminarYo te digo: hola.
Abrazo!
La pasion es la urgemcia,,,, Me gustó
ResponderEliminarPaulina, no hay mayor jerarquía para
ResponderEliminaruna "despedida" que este magnífico poema, con verdaderos toques de arte mayor, como esa luz que ilumina una pintura hecha sobre un panel de álamo, o la carta escrita sobre una partitura, rasgos de insuperable delicadeza.
Si te lastimas y estuviera la posibilidad en mis manos, sí te curaría
Ignacio
La pasión es urgencia... hermoso poemario, iluminado, y dócil. Un trasiego florecido en versos livianos. Felicidades.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
Paulina:
ResponderEliminarTu poema me transmite la esperanza del reencuentro en cada despedida y la inevitable desaparicion del mundo ante nuestros ojos un día. Es un poema inspirador. Felicidades.
Carmen Amato
mmm… no sé… su melodía me gustó mucho… siento en ella una cadencia extraña, extraña y bella!!! me gustó mucho, pero mucho
ResponderEliminargracias por compartirlo, francisco
Me movió el piso este poema de un lirismo tan profundo.
ResponderEliminar"El peso del mundo está en mis manos que dicen adiós a todo lo que tocan", tan bellamente expresado...
Querida Paulina: una ternura dolorosísima es la de quien siente con tanta intensidad <8y por ello transmite tanta belleza)Esas "ceremonias que incluyen un reto (un desafío)" son los sonidos de tu magia y la valentía de habitar "el jardín de la nada".Gracias por tu lirismo maravilloso. Un beso muy grande Irene Marks
ResponderEliminarMuy lindo, gracias! Fabiana León
ResponderEliminarMuy lindo, gracias! Fabiana León
ResponderEliminarHermoso, Paulina!
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