Los Ojos de
Atlantis
A Juan Carlos López,a su obra Atlantis.
... Y de la fricción de los cuerpos nació el
primer fuego
tal vez fue en ese momento en que la tierra
dejó que ocurra el amor.
Acaso un dibujo pueda ser la escritura de una imagen
sumergida en un océano dorado
o el testigo de un tesoro ahondado en su propia memoria.
De esas miradas asoman los cuerpos
que desnudan la arena.
... Y los cuerpos se
funden en otros cuerpos
y en los
cuerpos de otros cuerpos
en atléticas cópulas vacilantes como garras de terciopelo.
Y los seres
son fantasmas imbricados
en recintos
aéreos o acuáticos
donde el cuerpo es isla
donde el cuerpo es continente
Y donde siempre la luz es ese múltiplo infinito de la
tiniebla.
Un trozo de piedra grita sus presencias.
Y en la extensión de su antiguo laberinto,
se precipitan las formas de un duelo silencioso
mientras hay enigmas que asoman
con la nitidez de un designio en una noche celestial
Y los cuerpos se columpian insensatos
como si en el rostro, la soledad
dejara las manos
impresas en las leyendas del miedo
Ella es la hija del gigante que sostenía al mundo.
Ella se ha perdido en las profundidades.
Pero el imperio de la luz sigue emitiendo las señales
y solo en la noche vemos los contornos del día que amanece.
Mientras tanto,
escuchamos las memorias
al acecho del tiempo necesario para abrirle ventanas al
cielo.
© Marizel Estonllo
Marizel, muy buen poema, y de la fricción de los cuerpos nació el primer fuego, desde allí conquista el poema, desde esos versos que prolongan su belleza en el resto.
ResponderEliminarLily Chavez
Querida Marizel:una creación a partir del amor completo, la pasión y la luz y el fuego unidos en esta fuerza cósmico que brilló con fuerza. Imágenes logradísimas en este poema de gran belleza y que remite a una edad dorada.Lo sentí mucho Irene Marks
ResponderEliminarQuerida Marizel:una creación a partir del amor completo, la pasión y la luz y el fuego unidos en esta fuerza cósmico que brilló con fuerza. Imágenes logradísimas en este poema de gran belleza y que remite a una edad dorada.Lo sentí mucho Irene Marks
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