Escribo en la palma de la mano
en el revés
el código secreto.
Nadie habla en voz alta
pero el ojo de la cerradura
espía y sabe.
Altos los anaqueles
en la biblioteca de mi padre.
Hoja a hoja
mi infancia
como un reloj de arena
se desgrana.
© Leonor Mauvecin
Esos cuatro versos finales son muy fuerte, muy representativos, muy de los que pasamos cierta edad. Besos Leo
ResponderEliminarLily Chavez
La infancia pega fuerte y se siente en tu poema. Me gusta mucho
ResponderEliminarfuerte final para una bella construccion poetica
ResponderEliminarpatricia corrales
Los templos de las bibliotecas. Con razón te has especializado en estudiar a un poeta bibliotecario. Hay un secreto medieval en tu maravilloso poema. No es lugar para una niña, sino el cielo límpido. Pero el yo, a pesar de los anaqueles altos imagina el Paraíso bajo la especie de una Biblioteca. Un abrazo, Leonor.
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
La infancia : lejana y luminosa, los espacios de siempre con luz de bibliotecas. Buen poema.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
el misterio de las bibliotecas, y en medio de los anaqueles, vos, tu esencia de niña, la belleza del recuerdo.susana zazzetti.
ResponderEliminarEsa infancia que cada dia mas se apropia de todo y lo es todo en realidad porque solo somos nuestra infancia
ResponderEliminarmaria elena tolosa
poema profundo!
ResponderEliminarmaria del mar
Leonor:
ResponderEliminarTu poema es redondito y el final un excelente cierre. Me gusto mucho, te felicito.
Carmen Amato
Leonor querida este es un poema de pasaje un poema nostalgico y conmovedor.
ResponderEliminarbellísimo, tu poesía es siempre un libro que enseña
ResponderEliminargracias por compartirlo, un beso enorme, enorme amiga
francisco
- la infancia son los pies en la vida de cada uno. Allí mismo nos sostenemos para crear al hombre mismo.-
ResponderEliminarBesos
Tu poema tiene esa magia de las bibliotecas y de la infancia,
ResponderEliminarSilvia Loustau