Caudaloso río iluminado por enervante sol del desierto se
revuelca y me revuelca de olas de juncos de algas de arco iris de barro y
remolino burbujas caracoles movimiento la forma de las formas se perfila crece
crecen plateados peces translúcidos almibarados crustáceos del inicio quelonios
pétreos escondidos vamos hacia la orilla desbordada vamos venimos nos golpeamos
recalamos y nuevamente una potencia nos arranca nos lleva nos deshace nos hace
nos renueva nos forma y nos deforma vamos a un tobogán túnel de limo subimos
rodamos más allá no se detiene marcha al galope el río desbocado marcha en
torrentes corre y se abre se abre y abraza al mar al mar al que se vierte hacia
él nos vence nos envía burbujas remolinos olas que se van aquietando se
deslizan por la arena de plata de diamante de bronce de corales madreperla
infinita la playa disemina y en ella la silueta apenas pura luz que descarta
con suaves movimientos de medusa con espasmódicos ritmos de delfines la bella
hija de Urano la Dorada está naciendo ved del proceloso océano el espejismo de
horizonte invulnerable y trae el regalo el don que ha de otorgarnos el erótico
sexo que define al ser que llegará y habrá de amarla
victoriosa
por siempre la divina Afrodita
© Graciela Perosio
Me gustó mucho, mucho, tu prosa poética. gran ritmo de agua.
ResponderEliminarBesossssss
Asfixiante,desquiciante intensidad la de este texto, amiga.
ResponderEliminarClaudio Simiz