Avatar
Qué certeza táctil,
qué alucinación
enredada en el tiempo
hizo crecer tu imagen
como una criatura
de inagotable incandescencia
en los bordes de mi cuerpo.
Qué sonoridad
propició tu llamado.
Qué oquedad
albeergó tu ausencia.
Qué designio
te nombró único
en mi avatar
para que yo te condujera
por esa ruta inaccesible
sin dolor, sin conciencia.
Tan lejos y tan cerca
en el mundo privado
y transparente
que te envuelve
y no puedo compartir.
© Beatriz Minichillo
Bellísimas imágenes y esas preguntas existenciales que sostienen la trama.
ResponderEliminarCariños,
Gra Bucci
Excelente poema, Betty, que nos conduce a un mundo misterioso y bello.
ResponderEliminarUn beso
Amalia M.Abaria
ResponderEliminarInterrogantes que suelen dejarnos en suspenso, pero son inevitables para convencernos que las respuestas son casi siempre esquivas. Muy bueno.
Abrazo
Elisa Dejistani
Muchas gracias, Graciela, Amalia y Elisa por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarMuy buen poema, Beatrìz! Un abrazo