Recordando a Graciela Wencelblat
Retumban los tambores
el fuego apagado
las lombrices bailan alrededor.
Le sacaron el corazón
y sigue viva
el sufrimiento es un escándalo
y no puede ir quedarse.
Hay malvones en su tinta
olor a azufre en su cuerpo
quieta la esperanza.
Y sin embargo
Y pese a todo
los trigales suaves dorados se mecen sobre el cajón.
© Graciela Wencelblat
Quiere decir más
entre las huellas
de aquél beso
pero es sólo recuerdo
y en la lejanía
se detiene la voz
claudica el instante.
Mediodía irrepetible
de un beso
que sonaba como
caireles
oloroso como el amanecer
y frágil tan frágil
como el desamparo.
Un silbido suave llama
pero no acude nadie.
7 comentarios:
Un silbido suave me llama,pero nadie acude. Hermoso poema que nos impregna de nostalgia y de ternura.
JORGE PABLO MORENO.
Con ella es especial, recuerdo sus mail, sus charlas y estos poemas que hay que leer más de una vez, todos tienen un mensaje, y el final del segundo es tremendo. Siempre desde Graciela!
Lily Chavez
Graciela dejó su poesía, su irrenunciable inclinación por la vida y por el amor, y esta tristeza que no cede. Un beso para todos. Adriana Maggio
Fue una gran poeta y una mujer muy amorosa. QEPD.
no se puede ir, graciela, tu poesía tiene que quedarse. susana zazzetti.
Graciela por siempre entre nosotros.
Anahí Duzevich Bezoz
Querida Grace,
como solía llamarte, has dejado un enorme vacío y estoy segura que todos los que te conocieron y conocieron tu poesía, sienten lo mismo.
Te extrañamos poeta!
Elisa Dejistani
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