El mundo por el medio
La tarde se vestía de amarillo rabioso en la vereda,
había un aire de sábado a la noche
danzando en el espacio inmóvil,
desde mi asombro amanecido
a su perfil prepotente.
Yo andaba enredado en las orillas de mi infancia,
donde hasta el gris es luminoso
de puro descubrirlo.
Ella vivía un verano desatado,
entre sus piernas de mujer y ojos de niña.
Hubo el fulgor antiguo de un relámpago,
que me partió el mundo en dos mitades,
desproporcionadamente iguales.
Fue intuirla y perderla,
en un mismo sonido.
Al dar vuelta la esquina,
me quise acomodar la adolescencia,
tonto y solo.
como un gorrión en la tormenta.
© Rubén Amaya
Más del autor en la primer parte del blog:
http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com.ar/search?q=rub%C3%A9n+amaya
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Bella delicadeza que se queda. Felicitaciones!!!
ResponderEliminarBellísimo poema, Rubén. " me quise acomodar la adolescencia...", genial amigo. Un abrazo. Gastón Sequeira
ResponderEliminarRubén ¡hace rato que no leo un poema tan bien armado! y a la vez expléndido! Bravo
ResponderEliminarque bien poeta, me trasladas a mi propia timidez de adolescente ofuscado ante la belleza desvergonzada de esos días.
ResponderEliminarW.M.
Te felicito, Rubén, por esta joyita. La primera palabra que pensé al leerlo fue "delicado". Y justamente veo que Wilma Borchers se refirió a la delicadeza...
ResponderEliminarNo es común tratar con tanta altura el erotismo, al menos en la poesía actual.
Felicitaciones y un cordial abrazo.
Mariano Shifman
una delicia de voz acusa el texto, bellísimo! me gustó mucho, gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarMe gustó mucho, tiene un ritmo bárbaro. Saludos.
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