Poema de Celina Vautier
Dónde estás
Me bebí los vientos.
Me comí mi carne.
Me arranqué la piel.
Me roí los huesos
Bramé de impotencia.
Sangraron mis ojos
de tanto llorar.
Y tú ni siquiera
te dignaste un día
bajar tu mirada,
altanera y fría,
por ver un instante
el amargo fruto
de tu villanía.
Ahora ya no lloro,
ahora ya no gimo.
Callada y distante
tan sólo mis ojos
te buscan sin verte.
Callada y distante,
herida, te añoro.
© Celina
Vautier
4 comentarios:
mil veces la herida, antes de no poder sentir, que es como estar muerto...
Un placer leerte
BUEN POEMA
w.m.
Qué lindo poema de amor, rítmico y melancólico. Un beso. Adriana Maggio
Rítmico y hermoso poema en donde está presente la sincera pena de amor. Gracias, querida Celina.
Jorge Luis Estrella
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