COMBATE INTERIOR
Junto al aparente triunfo cotidiano
con artificios de cordero
con su fachada de naftalina
un imán de esclavitud extingue toda reflexión,
tumba cristalina que se resigna
ante la condena de farsantes.
Todo imperio sin trono duerme
sobre la libertad que no quiere despertar
sin el reloj biológico a control remoto.
Es difícil ser cárcel
donde verdugo o mártir mutilan mi bandera
un pedazo de tela descolorida que agoniza
ente la risa y el llanto
de mi propio combate.
© Norma Gianico
El combate de la vida de quienes tenemos la valentía de buscarnos
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Nuestra propia bandera, tu bandera Gran poema, Norma!
ResponderEliminarBesosssssssss