Páginas

16/10/13

Poema de Ignacio Giancaspro



La luz del día

Y hubo mares en mis sueños
y manitas arrugadas de vivir
acariciándome

Y ramitas de laurel
       prendidas  en la pared
y en un pequeño nicho
al lado
           la sal

¿Por qué  abuela
pones las cosas así
en la pared?

¡Porque allí lo usabamos así!    
                      y yo lo recuerdo
como también a las mujeres de negro
tejiendo
en la calle de tierra
para aprovechar
la luz del día


(Pátras ….1890)

© Ignacio Giancaspro

14 comentarios:

  1. Qué bello paisaje oliendo a laurel, trayéndonos a las abuelas, tejedoras de la vida!

    Un abrazo Ignacio
    María Montserrat Bertrán

    ResponderEliminar
  2. Cuánta nostalgia y ternura, querido Ignacio, y esas imágenes que provienen de la Magna Grecia, con la carga emotiva de los ancestros redivivos en este poema de excelencia, te felicito.
    Cariños

    Elisa Dejistani

    ResponderEliminar
  3. ¡qué deseos de leerte tenía! ¡ y qué bella imagen! cubren con su delicada tristeza y ternura este momento. saludos, juglar. susana zazzetti.

    ResponderEliminar
  4. Interesante poema, imágenes cayendo dentro de mi corazón. Muy bien Ignacio.

    Lily Chavez

    ResponderEliminar
  5. Hermoso poema, Ignacio , pleno de nostalgia...
    Muchos saludos!
    Amalia M. Abaria

    ResponderEliminar
  6. Ignacio, este poema tiene un dejo místico, de esos que se trasmiten entre generaciones. Pero además, está nimbado por un sentimiento de inmensa ternura, que uno solo reserva a aquéllos momentos imborrables y por suerte comunes a muchos, que tienen sabor a infancia y a familia.
    Un abrazo inmenso.
    Susana Giraudo

    ResponderEliminar


  7. Magnífico poema de recuerdos, de nostalgias, de sabiduría, de perfumes...

    Un abrazo,

    Alicia Márquez

    ResponderEliminar
  8. Un paisaje que nos trasporta a un tiempo pasado, esa abuela que existió y nos dió tanto amor , regresa siempre regresa

    maria elena tolosa

    ResponderEliminar
  9. Querido Ignacio:¡qué poema!Un auténtico viaje a través de atmósferas,ambientes,costumbres y tiempos,una recreación que tampoco desdeña lo onírico,creando un clima sumamente poético"Y hubo mares en mis sueños/y manitos arrugadas de vivir acariciándome".La figura de la abuela recuerda al antiguo lar romano con herencia etrusca,"en un pequeño nicho al lado la sal"junto al laurel,o sea la conservación de lo sagrado y ancestral"¡Porque allí lo usábamos así!".Has recreado y traìdo al presente momentos como el de "las mujeres de negro" y sus tejidos en la calle,la vida de una comunidad y su hermandad,que tal vez ya no exista.¡Un grandìsimo poema, querido amigo! Irene Marks

    ResponderEliminar
  10. MILAGROS RODRÍGUEZ20 de octubre de 2013, 17:20

    Que más puedo decir que no te hayan dicho Ignacio, otorga placer leer tu poema , es expléndido ...lleno de luz. Conmueve y que bueno poder lograr eso Gracias y un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Lindo recuerdo hacia la abuela
    y un aroma de laurel,saludosde María Luisa

    ResponderEliminar
  12. ¡Qué hermoso poema, Ignacio! Lleno de sensaciones y vivencias tan fuertes, que el lector siente nostalgia de la nostalgia del yo poético, como de algo hermoso que quisiera haber vivido. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio

    ResponderEliminar
  13. Ignacio, un poema estupendo con la sobriedad del recuerdo, con sal, laurel y la costumbre antiquísima y amada de los "grandes que conocimos". Un beso Isabel Llorca Bosco

    ResponderEliminar
  14. ¡Qué poema, querido amigo! Magnífico por donde se lo mire. Épico y lírico al mismo tiempo. Lo ancestral adherido a la aldea. Estupendo. Gracias.

    Jorge Luis Estrella

    ResponderEliminar