La
luz del día
Y
hubo mares en mis sueños
y
manitas arrugadas de vivir
acariciándome
Y
ramitas de laurel
prendidas en la pared
y
en un pequeño nicho
al
lado
la
sal
¿Por
qué abuela
pones
las cosas así
en
la pared?
¡Porque
allí lo usabamos así!
y
yo lo recuerdo
como
también a las mujeres de negro
tejiendo
en
la calle de tierra
para
aprovechar
la
luz del día
(Pátras
….1890)
© Ignacio Giancaspro
Qué bello paisaje oliendo a laurel, trayéndonos a las abuelas, tejedoras de la vida!
ResponderEliminarUn abrazo Ignacio
María Montserrat Bertrán
Cuánta nostalgia y ternura, querido Ignacio, y esas imágenes que provienen de la Magna Grecia, con la carga emotiva de los ancestros redivivos en este poema de excelencia, te felicito.
ResponderEliminarCariños
Elisa Dejistani
¡qué deseos de leerte tenía! ¡ y qué bella imagen! cubren con su delicada tristeza y ternura este momento. saludos, juglar. susana zazzetti.
ResponderEliminarInteresante poema, imágenes cayendo dentro de mi corazón. Muy bien Ignacio.
ResponderEliminarLily Chavez
Hermoso poema, Ignacio , pleno de nostalgia...
ResponderEliminarMuchos saludos!
Amalia M. Abaria
Ignacio, este poema tiene un dejo místico, de esos que se trasmiten entre generaciones. Pero además, está nimbado por un sentimiento de inmensa ternura, que uno solo reserva a aquéllos momentos imborrables y por suerte comunes a muchos, que tienen sabor a infancia y a familia.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
Susana Giraudo
ResponderEliminarMagnífico poema de recuerdos, de nostalgias, de sabiduría, de perfumes...
Un abrazo,
Alicia Márquez
Un paisaje que nos trasporta a un tiempo pasado, esa abuela que existió y nos dió tanto amor , regresa siempre regresa
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Querido Ignacio:¡qué poema!Un auténtico viaje a través de atmósferas,ambientes,costumbres y tiempos,una recreación que tampoco desdeña lo onírico,creando un clima sumamente poético"Y hubo mares en mis sueños/y manitos arrugadas de vivir acariciándome".La figura de la abuela recuerda al antiguo lar romano con herencia etrusca,"en un pequeño nicho al lado la sal"junto al laurel,o sea la conservación de lo sagrado y ancestral"¡Porque allí lo usábamos así!".Has recreado y traìdo al presente momentos como el de "las mujeres de negro" y sus tejidos en la calle,la vida de una comunidad y su hermandad,que tal vez ya no exista.¡Un grandìsimo poema, querido amigo! Irene Marks
ResponderEliminarQue más puedo decir que no te hayan dicho Ignacio, otorga placer leer tu poema , es expléndido ...lleno de luz. Conmueve y que bueno poder lograr eso Gracias y un abrazo
ResponderEliminarLindo recuerdo hacia la abuela
ResponderEliminary un aroma de laurel,saludosde María Luisa
¡Qué hermoso poema, Ignacio! Lleno de sensaciones y vivencias tan fuertes, que el lector siente nostalgia de la nostalgia del yo poético, como de algo hermoso que quisiera haber vivido. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarIgnacio, un poema estupendo con la sobriedad del recuerdo, con sal, laurel y la costumbre antiquísima y amada de los "grandes que conocimos". Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminar¡Qué poema, querido amigo! Magnífico por donde se lo mire. Épico y lírico al mismo tiempo. Lo ancestral adherido a la aldea. Estupendo. Gracias.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella