CACERÍAS INTERIORES
Soy la desconocida que golpea a tu puerta.
La ignorada en una isla de pájaros secretos
donde nunca te hallaré.
Soy la que vano pasa con sus manos de ofrenda
mientras yace mi canto junto a tu pórtico cerrado.
La que pasea con sus vestiduras de muérdago
bajo el sordo ropaje del atardecer.
La que lleva su chal atado a la cintura
y el pelo abierto por las calles del sueño
que me arrastran -como a los monjes de la noche-
hacia el único espacio que nunca me preparas.
Soy la hija del desierto, el lugar donde viejos mendigos
mueren de sed al borde de mi pócima extraviada.
Hay una letanía de musgos lejanamente incierta.
Un preludio de vientos huyendo entre barrancos
-que me están aguardando- toda vez que bajo a imaginarte.
Lobos que atisban entre el velamen de tu barco
cuando te obstinas en partir.
Entonces me arropo con mi manto de tinieblas
para no morir a la intemperie. Y ruego tu voz.
Pero ya todo me habla con palabras de negación.
Ya todo es una fosa.Todo una entrada hacia la oscuridad.
Todo una inmensa vigilia. Un retablo quemado.
Un hondo aullido que me busca -incesantemente-
en el árido espacio de tus cacerías interiores
donde vuelves a atraparme.
© Elena Cabrejas
Pero vos Elena "lo atrapaste" en el poema me gustó mucho el poema
ResponderEliminarUn poema evidenciando el talento de quien lo escribe con sugerencias y escenas llenas de pureza, me gustó
ResponderEliminarmaria elena tolosa
¿Qué más se puede decir después de tu poema? Siempre creciendo poéticamente compañera. Un beso
ResponderEliminarRubén Aamaya
Un poema pleno de dulce sinsabor y no es poco decirlo de esta manera, ya que el desencanto parece morir a manos de la poética.
ResponderEliminarBellísimo Elena!
Susana Giraudo
hermoso poema que describe sensaciones especiales , un beso de María Luisa Márquez
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