esclava esclava me digo de no poder esclava de lo tuyo
muerto ahora tan muerto como para presionar
el contacto con el cielo esclava esclava madura sus
ojos ya no son sus ojos en la constelación de nuestra
vida se ha perdido el color lo he perdido lo has perdido
carnecita chamuscada es eterno el resplandor en que
vivirás eternamente libre esclava milimétrico desenlace
de muertes a cambio de un solo presente esclava revivido
clamor despierta esclava los ojos ya no son ojos son
mejor no hablar no decirme esclava
nunca serás libre jamás se quebrará la presión que te
nombra empujo quiero salir
salto
acumulo chorros de sangre
retumba es la
tos es mía la abundante tos amor esclava esclava el
destino no parte y yo que haré con el dolor esclava no
me mientas fluye fluye aparta dilucida la voz
perturba no deja de llamarme esclava esclava hay
no hay deshace la penumbra obtura el deseo resuena
háblale de él córtale las piernas
córtale el alma esclava repasa el nombre de los árboles
camina estoy en Paris en una calle de Buenos Aires
el tiempo acumula lo que los ojos pierden amar
consiste en una fuga de errores regreso hablo con vos
entre papeles te deslizas tibio creo en la asonancia de
los muertos tiemblo pienso articulo multitud era
mirarte dolor abrasivo te busco esclava de flores te cubro
¿dónde ponerme? en
esta confusión
Escribo
regreso a casa prendo una vela pienso en algún santo la
voz responde
muerto
muerto
© Ana María Manno
Hay que respirar profundo antes de dejar un comentario. Lo que más me impactó de este poema es el ritmo, el ritmo desesperante de reconocerse esclava. La desesperación de la esclavitud.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Poema complejo si los hay. Comparto con Alicia que la emoción proviene del ritmo y la obsesión de sentirse esclava. Pero está lleno de intertextos, de diálogos, monólogos y recursos de toda clase. Resumiendo: me gustó.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
ResponderEliminarPoema misterioso y arrollador. Excelente.
Un abrazo,
Alicia Márquez