Persevero
En buscar por el tiempo de la tarde
El otro tigre, el que no está en el verso
Jorge Luis Borges
Yo soy el tigre.
El que ruge en
el eco del silencio
y quiebra la tarde en trazos misteriosos.
El que viene de lejos, el sagrado,
y dibuja su huella entre la fronda.
Soy el que inspiró
antiguos horóscopos
y sólo habla en la noche con las estrellas de sus ojos.
El que busca el fin del
laberinto sabiendo que no existe.
Yo soy el tigre.
Llevo sobre mi piel ignotos silogismos.
El escriba que pintó mi cuerpo con infinitas
nervaduras ya ha
muerto.
Siglos de sangre me acompañan, pero la soledad
devora mi
destino en este universo
indefenso.
Dejo mis huellas en el borde del río,
en el corazón de la pradera,
en el serpenteante secreto de la selva,
en la insondable dureza de la piedra.
Pero es inútil.
Mi belleza es efímera.
Mis ojos atrapan todavía los vestigios del sol
pero antes ardían las antorchas.
Antes los hombres adoraban mis ojos oblicuos.
Antes, en el templo, hacían retumbar los tambores en mi honor.
Los hombres caminaron sobre mi piel veteada.
Calentaron su soberbia en largas noches frente al fuego.
Mi cabeza ha atestiguado infinitas cacerías
dejando, tan sólo, la mascarada de la muerte.
Esos hombres escribieron sobre mí.
Buscaron el secreto de mi piel,
pero el escriba que trazó mis nervaduras murió con el secreto.
Yo, intento leer trazo a trazo las líneas de mi cuerpo.
Busco en el tiempo de la tarde y persevero.
© Leonor Mauvecin
Leonor: tu poema es una verdadera belleza, un derramamiento de poesía, de imágenes soberbias, de angustia existencial y de determinación. Es un placer leerte. Me encantó. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarBorges explicó de manera maravillosa la existencia del gato diciendo que dios lo había creado para que el hombre pudiera acariciar el tigre. En tu poema el tigre lo es en un comienzo, pero al final parecería el gato barruntado por el maestro. Tú le has agregado nuevas rayas a su piel y te la has puesto.
ResponderEliminarbuen poema.
W.M.
desde el primer verso, hay una posesión total de la palabra y del tema. maravilloso. susana zazzetti.
ResponderEliminarUn poema que Borges aplaudiría -sin dudas- con toda la simbología críptica representada en la piel del tigre. Nos acerca la cadencia y majestuosidad del gran felino, plena de misterio y belleza. Te felicito.
ResponderEliminarCariños
Elisa Dejistani
Buen poema tratándose de felinos y el tuyo logró conmoverme
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Cómo no estar presente esta conexión con palabras de Borges , en vos precisamente, que admirás tanto al poeta y te has deslizado Leo por tus versos aportando mucha, muchísima belleza. Me encantó
ResponderEliminarLily Chavez
Bellísimo poema, nos deja un sabor dulce y amargo a la vez, pues enlaza el respeto , adoración y cuidado hacia un felino majestuoso con la indolencia del exterminio.Las imágenes son muy acertadas y la construcción del poema impecable.
ResponderEliminarGracias, por poemas como este.
Un abrazo
Juany Rojas
Por lo visto el tigre sigue inspirando ¡muy buena la unión de los dos tigres!
ResponderEliminarMaravillosas imágenes. Un manejo del tema y la palabra realmente soberbio.
ResponderEliminarEl resultado no puede ser más que esta belleza.
Abrazo
Alicia Perrig
no imaginas el enorme placer de volver a leer este poema...GRACIASSSS!!!!!!
ResponderEliminarun beso enorme, te quiero mucho
francisco
Leonor: no conocía este poema tuyo, y realmente me parece magnífico, impecable y profundo. LO disfruté mucho. Gracias. Un beso Sonia Del Papa Ferraro
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