23/8/13

Poema de Ignacio Giancaspro




                                               Ella 
                                      apareció desplegando 
                                      su gracia y belleza 
                                      de amapola 

                                      El 
                                      la atravesó 
                                      con su mirada 
                                      de obsidiana 


                                 © Ignacio Giancaspro

13 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Ignacio; amigo poeta: qué lacónico,profundo, contundente, tu poema.
Y la mirada tan firme e imperecedera, como la obsidiana. Qué buena metáfora!
felicitaciones.
Abrazo,
Gra Bucci

23 de agosto de 2013, 23:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Ignacio:
Bello poema
diría Contundente
placer leerte//desde Graciela abrazo

24 de agosto de 2013, 14:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querido Ignacio,
hay en este poema -sugerente por cierto- esa magia propia de la obsidiana, que a través de tu mirada, logra extraer desde el fondo de las apariencias, la luz oculta en las sombras de los seres y de las cosas. Todo ello expresado con gran economía. Magnífico trabajo, te felicito.
Abrazos

Elisa Dejistani

24 de agosto de 2013, 21:14  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué poemazo, querido Ignacio!!! Significadores impecables de Venus y Marte, de su encuentro destinal, la tersa, abierta, sonriente amapola y la fuerza y firmeza de la obsidiana, piedra ritual con que los aztecas elaboraban sus (marcianas) armas. Una joya, besote, María Chapp

25 de agosto de 2013, 19:27  
Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Pintaste muy bien el cuadro de ese encuentro dice mas de lo que expresa Un abrazo!

25 de agosto de 2013, 19:50  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bello, un poema que sugiere, lleno de luz, en y más allá de la mirada!

Abrazo Ignacio
María Montserrat Bertrán

25 de agosto de 2013, 20:56  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sugestivo poema que dice más de lo expresado.
Maria Cristina Fervier

26 de agosto de 2013, 12:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola querido Ignacio:
Un contraste en las acciones( desde la pausada celebración de ese "desplegando" hasta la velocidad del"atravesó"; desde el rojo de esa "amapola" hasta la negrura de la "obsidiana") hacen de este poema una pequeña gran joya. Tampoco debemos olvidar el juego de la coquetería entre la que es mirada y el que la mira. ¡Has logrado una descripción muy poética del clásico flechazo! Lo disfruté mucho. Un beso grande Irene Marks

30 de agosto de 2013, 8:16  
Blogger Adriana ha dicho...

Muy bueno el juego de contrastes: la mujer y el hombre; la gracia- blandura, y la agresividad-dureza; la flor y la flecha; el color y la ausencia de color. Y, sin embargo, la fusión de los contrarios en un todo poético armónico. Un abrazo. Adriana Maggio

31 de agosto de 2013, 17:28  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La amapola y la obsidiana, querido Ignacio, en otro delicioso poema tuyo. Gracias, amigo.

Jorge Luis Estella

1 de septiembre de 2013, 0:55  
Anonymous betty badaui ha dicho...

Y de esa bella mezcla surgió esta lectura para disfrutar. Abrazo
Betty

1 de septiembre de 2013, 21:15  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fuerte flechazo, hasta destructivo,definido en pocas palabras, bien Maria Luisa

1 de septiembre de 2013, 22:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

David A. Sorbille dijo...
Querido Ignacio: bello y elocuente poema!! Un abrazo

5 de septiembre de 2013, 12:19  

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