16/8/13

Poema de Daniel Arias




Esos ríos calientes de tinta diluviados sobre las cabezas del pueblo
son mi tristeza.
Esos brillos rojos en las pantallas que crucifican los ojos del pueblo
es mi casa extraviada,
esas injurias de fiesta en la boca de los pequeños verdugos
es mi sollozo en la oscuridad.
Señores del despojo,
cuando liberan sus bombas envejecidas
con esa rabia silenciosa sobre los niños del pueblo,
señores del destierro,
cuando destilan su óxido decadente en la cara de las madres del pueblo,
graban mi cuerpo con sombras.
Vuelvan a su naufragio y lleven lejos su pequeño dictador en polvo
 y sus babas decrépitas detrás del mar, detrás del viento,
detrás de mi desprecio.
Regresen por donde vinieron con sus mastines endiablados,
sus cadenas, sus tiempos derribados, sus amargos anillos,
sus incendios de azufre.
Dejen solo al pueblo, déjenme solo a mi con los huesos solos
de mis padres y los sueños rotos de mi hermano,
dejen el futuro de nuestros niños sobre los libros del pueblo
dejen la piedra y el acero sobre la fábrica obrera
dejen la palabra robada en su lugar y que se azule lejos de su mirada negra,
la palabra limpia, la palabra del canto, la palabra del poema y del pan,
de la estrella y del hermano, también de la lágrima sola,
esa que emerge como una planta en la vigilia tenue, desmesurada,
como un arco iris.

© Daniel Arias

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16 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Cuánto dice tu poema, Daniel. Cuánta sincera compasión y cuánto sufrimiento compartido con todo nuestro pueblo. Esperemos que un día amanezca glorioso sobre nuestra tierra,sobre toda ella, sin más muertes ni persecuciones y que un canto de paz se eleve hacia el infinito.
Celina

16 de agosto de 2013, 21:27  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso poema para leer y volver atrás para quedar atrapada otra ves

maria elena tolosa

16 de agosto de 2013, 22:23  
Blogger ©Claudia Isabel ha dicho...

Daniel, muy bueno tu poema
se de lo que hablás, aun así dentro de la dureza hay esperanzas, gracias :)

16 de agosto de 2013, 23:21  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hermoso poema Daniel, fuerte, triste y vigoroso.una historia cruel, despiadada, una historia familiar desgarrada y un anhelo de justicia, de libertad, un pedido de piedad para todos. Muy bueno tu poema,Daniel! Un abrazo.Amalia M.Abaria

17 de agosto de 2013, 0:52  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La palabra, que nos salva!!!
Abrazo
Alicia Perrig

18 de agosto de 2013, 10:21  
Blogger Ricardo Juan Benítez ha dicho...

Durísimo pero muy necesario. Bravo Daniel.

18 de agosto de 2013, 11:08  
Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Al menos Daniel roguemos que nos quede la esperanza para seguir resguardando la utopía

18 de agosto de 2013, 11:31  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cuánta fuerza, cuánto grito, cuánta verdad en cada verso!Me encantó, Daniel,felicitaciones.
Alicia Corrado Mélin

19 de agosto de 2013, 8:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Daniel: Un poema que es el lúcido murmullo del inconsciente delos pueblos, en catarata ancestral,con su sed de justicia, su denuncia. La parte que más me tocó,me dolió , me golpeó es "Dejen sólo al pueblo,déjenme solo a mí con los huesos solos de mis padres y los sueños rotos de mi hermano" porque resume el sentido del poema.Y ese final donde brilla "como un arco iris " la "lágrima sola" de la lucidez.¡Excelente y profundo, una cascada de imágenes que nos conmueven con su voz transformadora! Irene Marks

19 de agosto de 2013, 9:26  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tu tristeza es también nuestra, sólo que lo has expresado con toda tu carga interior. Coincido con los comentarios de esperanza, sin tenerla, sería nuestro último bloqueo.

Lily Chavez

19 de agosto de 2013, 11:59  
Blogger Marcela S. G. F. Yangchen Dolma ha dicho...

¡Qué la palabra nunca deje de sembrar arco iris!
Un abrazo

24 de agosto de 2013, 21:26  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡¡¡Bellísima conjjunción de la palabra del poema y del pan, Daniel!!!
Aplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León

25 de agosto de 2013, 20:14  
Blogger Isabel ha dicho...

Daniel, hermosísimo poema en el que la indignación se convierte en canto, sin dejar de ser klo anterior y donde dejas a salvo ·la palabra que
sana"Un beso Isabel Llorca Bosco

27 de agosto de 2013, 16:14  
Anonymous betty badaui ha dicho...

"los señores del despojo" no leerán este poema pero vale que compartamos sentimientos de indignación y pena y vale que tengamos esperanzas.
Betty

1 de septiembre de 2013, 21:12  
Blogger Sonia ha dicho...

Prerecioso poemna Daniel, profundo y sentido, lleno de fuerza, de la fuerza que trae el dolor, y el final, una delicia.... Gracias!!! Sonia Del Papa Ferraro

26 de septiembre de 2013, 11:36  
Anonymous daniel arias ha dicho...

Gracias a todos, es la primera vez que leo los comentarios y no se como responder y agradecer debidamente ya que me parece poco lo que pueda decir. Muchas gracias nuevamente y son demasiado generosos. Besos.

2 de diciembre de 2013, 10:06  

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