23/7/13

Poema de María Teresa Andruetto



 
Te asombra que los otros pasen
a tu lado y no sepan, cuando tú 
pasas junto a tantos y no sabes?
 
C.P.  l7 de agosto de l950.
Diario.
 

Entre tus fauces 

Río de lomo azul donde navego
con la cabeza otra vez contra
la orilla, devuélveme el resuello
y el talle que he tenido entre tus fauces;
y esta memoria que se lo come todo,
llévatela. Aquella niña calando
sandía en el patio y los amargos
granados abiertos, diamantes
de azúcar, llévatelos. Llévate también
a ese hombre de cejas espesas
y mirada viva que me ha mirado tanto.
Llévate los días, y el recuerdo
de los días, y la tarde en que se fueron,
y el abrazo. Muchas veces Caronte
me pidió que entregara la dádiva,
y yo la di, y los subí a la barca,
y los empujé hacia el agua
que hace sombra.Vuelve siempre
un camino de cipreses y el crujido
de mis pasos en la arena. Vuelven
los que trazan la huella de los días
y reclaman: Mira hacia arriba.
Y yo por el cielo,huérfana, buscando
el Caprino, los Gemelos, un recuerdo
de agua azul sin alimañas. Mira
hacia arriba, dicen, y yo en tus fauces
otra vez, contra la orilla.
 

© María Teresa Andruetto

9 comentarios:

Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

¡Como me gusta tu poesía Maria Teresa! Gracias por compartirla

25 de julio de 2013, 18:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Me encantó tu poema, Ma. Teresa!
Desde el epígrafe hasta el último verso y esa sutil intertextualidad con las páginas de Virgilio... todo una maravilla pero por destacar algo me quedo con "Llévate los días, y el recuerdo de los días..."
Una fiesta leerte.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

26 de julio de 2013, 15:44  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Espectacular.
Espectacular.
Alicia Perrig

26 de julio de 2013, 16:44  
Anonymous Anónimo ha dicho...

realmente un aprendizaje leer tus poemas
saludos
Anahí D.Bezoz

27 de julio de 2013, 21:58  
Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Precioso poema, lleno de tu tipica humanidad.

28 de julio de 2013, 13:50  
Blogger Maju ha dicho...

Un poema que estremece, con un atractivo que inquieta: la barca, Caronte que se lleva hasta el recuerdo, la dádiva que hay que dar y nos quedamos mirando el cielo para ver si divisamos algo querido. Profundamente tocada por el poema, te saludo, poeta.
Un abrazo en la poesía.
María Julia Druille

29 de julio de 2013, 21:30  
Blogger Alejandra Leonor Parra ha dicho...

Muy bello y doloroso María, gracias por compartir

30 de julio de 2013, 18:56  
Anonymous Pauli ha dicho...

Tu poema tiene el sutil encanto de los ríos.

1 de agosto de 2013, 21:11  
Blogger sacanueces ha dicho...

guau! delicioso! me dejó sin aire... ese ritmo casi acelerado... y tu cabeza contra la orilla!!!
gracias, francisco

8 de septiembre de 2013, 21:35  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio