perpetúa el ojo en la
cara del que puede
la vieja de la cuadra
que el viento no
llevó
tardecita soleada
de silla en la vereda
glicina perfumada con
olor a ya fue
la vieja se deshace
en atención al vecino
escucha a gardel en
la oreja derecha
y canta la amargura
entre dientes que clavan
los olvidos
masculla su nombre
por hombres del
pasado
la juventud vencida
y arrugas en su
frente
la vieja de la cuadra
que en un pañuelo
guarda una lágrima
que nunca abandonó
© Graciela Licciardi
ResponderEliminarUn tango, prácticamente. Y además, un bello y triste poema.
Abrazo,
alicia Márquez
Muy bonito Graciela. Una estampa de barrio, resumida en la persona de una anciana sobrellevando el tiempo sobre si. Un abrazo. Antonio.
ResponderEliminarDavid Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida Graciela: estupendo poema! Un abrazo
UN POEMA DONDE SE VE EL DIARIO PASO DEL TIEMPO Y SUS RECUERDOS QUE NO SE OLVIDAN...
ResponderEliminarMUY LINDO TU POEMA // ME AGRADÓ ESO DEL RECORDAR EL PASO DEL TIEMPO.
LIDIACC.
Una hermosa postal urbana, Graciela.
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María Rosa León
Hola Tocaya
ResponderEliminarBuen poema y sí el tiempo ese amigo y enemigo...
desde Graciela abrazo
La vida en unos versos de una mujer sentada en la vereda. El paso del tiempo.
ResponderEliminarcariños
Tierno, etéreo y sentido...
ResponderEliminarcoincido que funciona también como una letra de milonga, pero va más allá es una estampa muy lograda y objetiva de la desencantada vida de una mujer olvidada.
ResponderEliminarW.M.
una letra que se presta para tango o milonga, plena de imágenes cotidianas.
ResponderEliminarmuy bueno
saludos
Anahí Duzevich Bezoz