Une empreinte vert
(huella
verde)
Dejo en suspensión mis manos, acerco el verde a las plantas de mis pies, a las jugosas hojas de mi libro abierto de par en para tu corazón que yace en el recuerdo de un país muy lejano.
Vierto aceite en el engrudo del mediodía, solo escucho el sonido de la pradera y me sumo a los dictámenes de los dioses, en este país que ha sido mi sueño y mi desvelo, lo recorro en la miel que apenas roza los enjugados dientes del cubierto.
Dejo en suspensión mis manos, acerco el verde a las plantas de mis pies, a las jugosas hojas de mi libro abierto de par en para tu corazón que yace en el recuerdo de un país muy lejano.
Vierto aceite en el engrudo del mediodía, solo escucho el sonido de la pradera y me sumo a los dictámenes de los dioses, en este país que ha sido mi sueño y mi desvelo, lo recorro en la miel que apenas roza los enjugados dientes del cubierto.
© Patricia Corrales
hay sin duda una escritura femenina, hecha de sugerencias y metáforas dehiscentes
ResponderEliminargracias
Walter Mondragón
¡Qué lindo eso de matáforas dehiscentes! Yo iba a decir:Oscuro texto que, sin embargo, nos siembra ideas y belleza. Un beso, querida Patri.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
gracias poetas por los comentarios, este es uno de los tantos que coseché en un libro que pronto sera otro hijo mas, un poema mezcla de sabores y gastronomia.
ResponderEliminarPC