Una cocina frente al mar al amanecer.
Hablo de una rebelión
íntima y leve como
una llovizna.
Hablo de un amor que
asfìxia y enloquece: veo una flecha
saliendo de mi propio
tobillo o una enfermera que corre en
el viento gris, con el
uniforme arrugado.
Si hubiera una cocina
frente al mar,
mediría el café, me
vestiría despacio, soñaría despierta
con la ciudad en la
cual escribo la palabra ciudad
(en pugna con la
palabra perro y la palabra ausencia y
la palabra estación).
El mar tocaría mi
mejilla como la pata de un gato,
como una suave
advertencia.
© Paulina Vinderman
Una maravilla.
ResponderEliminarMuy lindo, Paulina.La cocina es el mundo. Beso.
ResponderEliminarQuerida poeta Paulina:
ResponderEliminarTu poema me lleva a lugares no vividos y que todos quisiéramos conocer. Como .....mas lejos que tus sueños.
Un abrazo
Xenia
Brutal la imagen final, poderosa!
ResponderEliminarCarlos Dariel
un lugar donde se cuecen todos los mundos, el alma, precioso poema
ResponderEliminarpatricia corrales
Un lugar se arropa y cocina lo que queremos ddel instante , ese es el tuyo , feliz un beso de Maria Lisa Márquez
ResponderEliminar"Una cocina frente al mar al amanecer" y la mirada que toca el instante es conjuro, magia en el poema.
ResponderEliminarUn abrazo grande para una gran poeta.
Estela Barrenechea.