Llevaba siluetas de
sol
en su cintura,
acariciaba al paso
los geranios,
disipaba sombras,
tenía manos de ángel
y andar de gacela,
enrojecían con el
llanto
sus ojos celestes,
pasó por la vida
recogiendo
lo que otros
sembraron
y eso le costó lágrimas,
perdió la luz
está en otra galaxia,
anhelando volver,
sin saber que aquí
todo ha terminado
© María Elena Tolosa
Qué bello conmover así, con ternura y adecuadas imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
lo entiendo, sabés, me encanta este poema y a quién. un beso.susana zazzetti.
ResponderEliminarme gustó mucho, sobretodo los versos finales
ResponderEliminargracias por compartirlo, francisco
Cuánto amor destilan estos versos.Abrazos
ResponderEliminarPlacer leer este poema
ResponderEliminardesde Graciela abrazo
ese juego vida muerte, muerte vida, que además propone una paradoja, recuerda que la poesía puede todo, incluso la ilusión del espejo de Alicia
ResponderEliminarCon gozo me llega este poema.
Walter Mondragón
ese juego vida muerte, muerte vida, que además propone una paradoja, recuerda que la poesía puede todo, incluso la ilusión del espejo de Alicia
ResponderEliminarCon gozo me llega este poema.
Walter Mondragón
muy buen manejo de lo que es y no.Y la imagen me gustó mucho también.
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
¡Hermoso tu poema, Ma. Elena!
ResponderEliminarY aquí no todo ha terminado porque afortunadamente, nos queda la poesía y tu poesía.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
Cuanta belleza poética y tristeza encierra éste poema-homenaje, el final es un golpe, desgarrador
ResponderEliminarGran poema Maria Elena
Ignacio
Ma Elena, me gusta mucho tu poema, y lo que más me conmueve es el final, ese "anhelando volver... sin saber que aqui todo ha terminado", es abrumador. Muchas felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo cariñoso
Carmen Amato
UNA MUERTE ANTE LO COTIDIANO DE LOS MALVONES PERO EL ANHELO DE QUERER VOLVER, UN BESO DE MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminar