Vacío II
Vida, vida. Te me escurriste entre los dedos
y te fuiste. Sólo dejaste un sabor amargo
y un recuerdo dulce.
Y esta monotonía, y esta soledad,
que me aterra y me envicia,
que me adormece.
Despierta por favor, no me dejes así.
Hasta la musa triste se me niega.
Ayúdame aunque duela.
Prefiero el dolor del abandono
a este vacío que se parece a nada.
© Celina Vautier
Muy bueno, Celina. Me gustó mucho eso de que la soledad "envicia", ¡tan cierto...! Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarTu sinceridad salvaje en pleno vuelo, querida Celina. Excelente texto.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Todo un logro, Celina: en tan pocas palabras lograste admirar y conmover.
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María Rosa León